“No tienen de nada, pero la gente ahí es feliz”, me dice un iluminado después de pasar sus vacaciones en el Congo. Buena frase esa. Mítica. Te blinda contra la injusticia en cero-coma: “No tienen de nada, pero la gente ahí es feliz, así que todo ok». Pues mira -le he contestado- yo vengo de Benidorm y la gente ahí no es feliz ni infeliz; es inglesa y artrítica-.
Allí no aprendí nada de nada. Ni falta que hacía. Demasiadas cosas aprendo a lo largo del año como para hacerlo también de vacaciones…
Benidorm es radiante, vulgar y nostálgica. Si yo fuera una ciudad me casaría con ella. ¿Te imaginas? Una boda de ciudades. Una ceremonia mastodóntica. Yo no sé cuál sería, pero fijo q mi esposa sería Benidorm: LA BENI…
Xke en el fondo la Beni no tiene de nada, pero es feliz. Y esa es la vida q merezco abrazar.