Los verás conduciendo un blablacar, manteniendo largas conversaciones sobre juego de tronos en tinder o subidos a elefantes tailandeses en redes sociales que ni siquiera sabías que existían. En efecto, estoy hablando de «La gente a la que le gusta conocer gente». Qué pereza.
Estas semanas he tenido que soportar a alguno de estos trastornados porque estábamos buscando compañerx de piso y, durante la última entrevista, os juro que me entraron ganas de decirle «¿Me disculpas un momento?», y seguidamente irme al baño para pintar en el espejo: «Es tu culpa cabrón», abrir la ventana y estamparme contra la acera. Y se acabó esto de vivir.
Nah, mu mal… Al final hemos cogido a una chica que no habla nuestro idioma.