KIDD KEO vs. CAFÉ QUIJANO

Comparte este post

[mkdf_dropcaps type=»normal» color=»#ff3154″ background_color=»»]T[/mkdf_dropcaps]e puede parecer mejor o peor, pero el tridente leonés ha conseguido vivir legalmente -y con clase- de la prostitución.

 Es innegable que Café Quijano crearon un estilo lírico. No hay una sola canción que no verse sobre las peripecias de la Putísima Trinidad en clubs de carretera, burdeles de Centroamérica o whiskerías clandestinas.

Resulta imposible hacer una crítica a una trayectoria tan profunda y atinadamente encaminada a la prostitución. Son hermanos, cantan cálidamente, huelen fuerte, posan como dandis, conocen jerga que solo se conoce si eres socio de la RPRD (Red de Prostíbulos de la República Dominicana), no rehúyen el romanticismo, han dedicado una trilogía al bolero, se han bebido todo y basan su carrera en la permanente insinuación amatoria.

Su discografía contiene hasta 3.820 nombres distintos de mujer, 622 locales de placer y un millón de millones de “perdóname”.

El hermano que lleva la voz cantante ha macerado su timbre con trazas de desengaño, ron caribeño, carmín de todos los colores y brisa atlántica. Pero a mí siempre me ha parecido mucho más interesante su cohorte fraterna coral. El anecdotario que han podido perpetrar desde su ¿escogida? posición sombría se adivina mucho más épico que las de aquel que tiene siempre los focos en la cara.

Si hoy naciera Café Quijano todo sería más complicado. Hoy puedes petarlo -durante 6 días- en Spotify si trapeas hablando abiertamente de petarle el culo a una menor mientras manifiestas tu religiosa adoración por el dinero; pero no estaría bien visto decir eso mismo con un estilo más sofisticado y sudando del oro.

La moraleja sería que ambas actitudes, la de Kidd Keo y la de los Quijano, hablan sistemáticamente de hacer equilibrismos sobre la legalidad sexual, pero una necesita muchísimo dinero y atención infantiloide y a la otra le bastan dos cigarros, cuatro rosas y un ramo de falsas promesas.

Oc boomer, vale. Pero es así.

 

Comparte este post

[mkdf_dropcaps type=»normal» color=»#ff3154″ background_color=»»]T[/mkdf_dropcaps]e puede parecer mejor o peor, pero el tridente leonés ha conseguido vivir legalmente -y con clase- de la prostitución.

 Es innegable que Café Quijano crearon un estilo lírico. No hay una sola canción que no verse sobre las peripecias de la Putísima Trinidad en clubs de carretera, burdeles de Centroamérica o whiskerías clandestinas.

Resulta imposible hacer una crítica a una trayectoria tan profunda y atinadamente encaminada a la prostitución. Son hermanos, cantan cálidamente, huelen fuerte, posan como dandis, conocen jerga que solo se conoce si eres socio de la RPRD (Red de Prostíbulos de la República Dominicana), no rehúyen el romanticismo, han dedicado una trilogía al bolero, se han bebido todo y basan su carrera en la permanente insinuación amatoria.

Su discografía contiene hasta 3.820 nombres distintos de mujer, 622 locales de placer y un millón de millones de “perdóname”.

El hermano que lleva la voz cantante ha macerado su timbre con trazas de desengaño, ron caribeño, carmín de todos los colores y brisa atlántica. Pero a mí siempre me ha parecido mucho más interesante su cohorte fraterna coral. El anecdotario que han podido perpetrar desde su ¿escogida? posición sombría se adivina mucho más épico que las de aquel que tiene siempre los focos en la cara.

Si hoy naciera Café Quijano todo sería más complicado. Hoy puedes petarlo -durante 6 días- en Spotify si trapeas hablando abiertamente de petarle el culo a una menor mientras manifiestas tu religiosa adoración por el dinero; pero no estaría bien visto decir eso mismo con un estilo más sofisticado y sudando del oro.

La moraleja sería que ambas actitudes, la de Kidd Keo y la de los Quijano, hablan sistemáticamente de hacer equilibrismos sobre la legalidad sexual, pero una necesita muchísimo dinero y atención infantiloide y a la otra le bastan dos cigarros, cuatro rosas y un ramo de falsas promesas.

Oc boomer, vale. Pero es así.

 

Post relacionados

El FBI ayudó a un adolescente con autismo a unirse al Estado Islámico

El FBI ayudó a un adolescente con autismo a...

Arévalo: Volumen 4

Nadie puede dudar de que esta portada merece una...

Spiz rejuvenecedor: el caso Manolo Kabezabolo

En una época todavía ajena a la viralidad y...

Fumio Kishida: encendida a los 80

El aumento de la esperanza de vida se cierne...

De la oscuridad a 9M$: el ascenso de Bella Poarch

En el mundo efímero de las redes sociales, pocos...

Grimes, la ex de Musk obsesionada con el transhumanismo para bebés

Grimes, cuyo nombre real es Claire Boucher, es un...